Cuando vamos a construir un edificio, es necesario tener planos, preparar todos los elementos constructivos, un orden y una planificación, pero sobre todo, un proceso ordenado.
Sin embargo cuando nos enfrentamos a obtener nuevas ideas o planteamientos, muchas veces, buscamos la inspiración, esperamos que un pensamiento nos ilumine. Otras veces nos quedamos atascados, algunas dejamos nuestros pensamientos libres o incluso hacemos deporte para liberar más ideas. Más aún, cuando nos topamos con una idea, generalmente la primera, paramos el proceso y nos quedamos con ella, sin haber evaluado otras posibilidades, simplemente porque no han existido, o porque el coste “mental” de obtenerlas era demasiado elevado.
La inspiración no está reñida con una aproximación práctica y ordenada al problema de generación de ideas, que requiere de un proceso estructurado y que cualquiera de nosotros puede poner en práctica.
Generalmente, las ideas en las organizaciones provienen de tres fuentes diferentes:
- De esquemas implementados para la captura de ideas individuales, que pueden ser desde un simple buzón de ideas hasta una plataforma tecnológica. Suelen estar ligados a sistemas de calidad y recompensan individualmente. Estos sistemas presentan la problemática de no fomentar la creación en equipo sino más bien de “lobo solitario”.
- Ideas que provienen siempre de los comités directivos y que posteriormente se trabajan en otros equipos para su desarrollo e implementación. La capacidad limitada en conocimiento vertical del equipo que la genera, hace que se traten de forma superficial y además pueden llegar a terminar desmotivando a los equipos que posteriormente las tienen que trabajar.
- Ideas que provienen siempre de la misma persona. A veces en compañías familiares cuando sólo el propietario “piensa”, otras veces porque se empodera a un manager concreto, en cualquier caso, la generación de ideas queda muy centralizada y eso es un riesgo añadido a la compañía.
En todos estos casos es complejo encontrar un sistema de generación de ideas estructurado.
Hay compañías en las que los equipos pueden trabajar meses e invertir miles de Euros en el desarrollo de un producto, cuando la mejor alternativa habría sido desarrollar 10 ideas en paralelo con un menor coste y una metodología ágil, o bien focalizar el esfuerzo previo del equipo durante varios días en un proceso para encontrar la mejor idea que encaje con los criterios establecidos.
Un proceso claro, sencillo, conocido y compartido todos para la generación de ideas, que se puede emplear para cualquier aspecto del negocio, no sólo la ideación de nuevos productos o servicios, es la base para una cultura innovadora en cualquier empresa. Una cultura innovadora en la que se busca la experimentación, la apertura de ideas, la inclusión de todos los profesionales en el proceso, incluidos los externos, la curiosidad y el disfrutar con las cosas nuevas, no tenerles miedo.
Generar ideas no es inspiración y creatividad sino un proceso de un equipo que se enfrenta a un reto, que puede ser apasionante, de una forma estructurada. En nuestras clases del MBA podrás experimentar este proceso…