Nadie se imagina andar por la vida hoy por hoy sin un smartphone encima. Es más, no nos imaginamos que pudiese haber vida sin smartphones, aunque la ha habido hasta hace muy poco.
Esta reciente evolución tecnológica, que comenzó con la expansión de internet y posteriormente de los teléfonos móviles, no ha cesado y de hecho continúa. Y no me refiero en cuanto a usuarios, que en el caso de internet así es, sino en cuanto a funcionalidades y capacidades.
En 2016, por primera vez el teléfono móvil superó al ordenador como principal punto de acceso a internet en España. Pensemos que normalmente cuando se diseña una página web se hace en el ordenador y el cliente la valora viéndola en un ordenador. Una vez hecha, se comprueba cómo se ve en él una tablet o un móvil, pero como algo secundario, cuando en realidad las estadísticas nos dicen que el planteamiento tendría que ser al revés. Por supuesto no se puede generalizar y es cierto que cada vez más se piensa en el móvil. Hasta hace muy poco tiempo el término “web responsiva” no nos resultaba familiar y ahora una web que no lo es, parece arcaica.
Los propios teléfonos han evolucionado haciéndose táctiles por el crecimiento del tamaño de las pantallas y esto ha facilitado los avances funcionales, pero también los avances han forzado que los teléfonos sean cada vez más grandes. Ha sido recíproco.
¿Qué haríamos ahora sin internet, redes sociales o WhatsApp en el móvil? ¿Cómo sería nuestra vida? Probablemente seríamos más sociables, volveríamos a hablar más con el vecino cuando nos lo encontráramos en el portal o cosas así, pero por contra tendríamos más dificultades en muchas cosas de nuestra vida cotidiana y tendríamos acceso a mucha menos información.
¿Y en cuanto al marketing? El mobile marketing hace 10 años se limitaba a los SMS, MMS y en algún caso al marketing de proximidad con el Bluetooth. Las primeras acciones en estos ámbitos nos parecían novedosas a la par que intrusivas, porque las empresas se estaban “introduciendo” en algo tan personal como tu móvil. Hoy en día el mobile marketing es crucial dentro del marketing mix y los usuarios estamos mucho más receptivos. Ya no lo percibimos como algo tan intrusivo porque estamos muy acostumbrados, pero hay tantas formas de impactar que nos hemos vuelto “exigentes” y hay ciertos formatos publicitarios que no toleramos, sobre todo de display.
La publicidad y el marketing online se han tenido que adaptar en los últimos años al soporte móvil ya que, además de internet, las funcionalidades de los smartphones, las aplicaciones y las redes sociales presentan un sinfín de posibilidades para que las empresas lleguen a los usuarios. Estos se encuentran muy cómodos en este entorno y ya se asume que si no se paga por la herramienta, programa o aplicación, esta conlleva impactos publicitarios. Es lógico que los desarrolladores o empresas se tengan que financiar de algún modo y parece que los usuarios lo comprenden, o al menos lo asumen.
¡Estamos totalmente enganchados al móvil! Según un reciente estudio de Nielsen, los usuarios consultamos el teléfono de media ciento cincuenta veces al día y cada mes interactuamos con él 37 horas y 28 minutos. Un estudio del IAB y otro estudio de Nielsen revelaron ya el año pasado casi la totalidad de usuarios compatibilizan el uso de las redes sociales o internet en el móvil con casi cualquier actividad, desde ver la televisión o trabajar hasta ir de compras, hacer deporte o incluso conducir. En resumen, está claro que si una marca quiere impactar a los usuarios, sabe dónde encontrarnos.
Recientemente hemos vivido la revolución de Pokémon GO y lo nombro solo para que nos demos cuenta de cómo el móvil es capaz de revolucionar el mundo en muchos aspectos.
¿Qué será lo siguiente? No importa, mientras estemos preparados.