Ya sabíamos que Janet Yellen era una gran experta en el análisis del mercado laboral, tal y como lo avalaban sus estudios y su gran experiencia como economista. Pero sin embargo, lo que no habíamos puesto en precio era su gran capacidad para “mover los mercados” simplemente con la dialéctica, sin necesidad de actuar de forma directa a través de la política monetaria.
Comenzamos el año y uno de los miedos subyacentes de los inversores era saber si nos encontrábamos con el fin del ciclo americano. Una expansión que duraba al menos 2 años más que la media de las expansiones desde 1950, en un contexto en el cual la Reserva Federal había comenzado ya en Noviembre su proceso de normalización monetaria. Esta situación provocó una gran incertidumbre, aumentó la volatilidad de forma considerable y paralelamente se produjo un fuerte endurecimiento de las condiciones financieras. Sin embargo, desde febrero, la relajación ha sido sustancial. Las palabras de la FED tuvieron un fuerte efecto en los mercados. El tono de su discurso, mucho más acomodaticio, y dejando entrever que no se iba a precipitar en las futuras subidas de tipos, permitió una depreciación significativa del dólar, y dar la “vuelta” a estas previsiones, relajando de nuevo, fuertemente las condiciones financieras del mercado, y llevándonos también a pensar que a pesar del bache del primer trimestre, podríamos ver la economía americana creciendo por encima de su potencial los próximos trimestres, con un continuado buen comportamiento del mercado laboral y un fuerte consumo privado. Yellen, sabía que era capaz de producir ese efecto en los mercados.
El tipo de intervención es la herramienta tradicional para ajustar la política monetaria, sin embargo, hay que entender dicha política monetaria desde un prisma mucho más amplio. Lo que está claro es que las expectativas sobre las futuras actuaciones de la política monetaria es lo que más impacta en los mercados financieros, y por ende también a la actividad económica. Así, las variaciones en las expectativas de política monetaria pueden implicar grandes movimientos de mercado, aunque la autoridad monetaria no haya movido ficha. Los tipos de interés de mercado, los tipos de cambio, el nivel de los mercados de renta variable, los spreads de crédito, el precio del petróleo, son variables que influyen directamente en el nivel de las condiciones financieras de una economía. Variables que se han movido precisamente después de los distintos “discursos de Janet Yellen”.
Desde el inicio de su mandato el 1 de febrero de 2014, la FED ha movido a los mercados de una forma realmente “magistral”, el S&P500 ha subido más de un 20%, el dólar se ha fortalecido más de un 15%, la TIR del bono a 10 años se ha relajado casi 1 punto, compensando la subida de tipos del bono a 2 años. En este contexto, la FED sólo ha necesitado una subida de tipos, ya que estos movimientos de los mercados han amplificado realmente el tono de la política monetaria. Este ajuste de las condiciones financieras desde 2014 ha suplantado realmente la necesidad de subida de tipos. En el ciclo actual, dónde consideramos que el ajuste habría empezado a finales de 2014, las condiciones financieras equivalen a 125 pb de ajuste en lugar de una subida de tipos por parte de la autoridad monetaria.
Comparando pasados ciclos de subida de tipos, la actuación parece ahora muy distinta. En el período 1994-95, la FED subió más de dos veces los 100 pb inicialmente proyectados. En el ciclo de 2004, subió también 50 pb más de lo que el mercado había puesto en precio. Por contraste en estos momentos, la FED está subiendo mucho menos los tipos de lo inicialmente previsto, precisamente por la fortaleza de su discurso que está impactando en las variables financieras y por ende en la economía.
El mercado está ahora muy centrado en la próxima reunión de la Fed del 15 de Junio, en la que las probabilidades de que Yellen vaya a subir tipos se han ido incrementando a lo largo de las últimas semanas. Más probable veo que finalmente se produzca en Julio. Muchos piensan que dicha subida no es necesaria, pero para que el discurso de Yellen siga teniendo ese “fuerte efecto” alguna vez hay que actuar de lleno. Todo se reduce a conocer la psicología de los mercados.